TMB utiliza un electrolizator alimentado por electricidad de origen 100% renovable gracias al que origina el hidrógeno necesario para mover los vehículos.
Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) puso en servicio el pasado año 8 autobuses de pila de hidrógeno de última generación que se abastecen de hidrógeno verde en la planta de Iberdrola de la Zona Franca, y tiene previsto adquirir 36 más el cualquiera que viene. Es, por tanto, una apuesta por los vehículos de cero emisiones, que tienen una autonomía de más de 300 kilómetros y un tiempo de carga de sólo 12 minutos. Pero, ¿cómo se produce este hidrógeno de modo que acabe siendo un combustible funcional para los vehículos de TMB?
El primer paso es evidente: es necesario producir hidrógeno. Y para hacerlo de una forma industrial para que sirva como combustible, la forma de hacerlo es vía un electrolizator alimentos medana por electricidad de origen 100% renovable. El aparato recibe agua por un lado y energía eléctrica por el otro. Esta energía se utiliza para romper moléculas de agua (H₂O) y separar el oxígeno del hidrógeno. El oxygen se libera a la atmósfera y el hidrógeno se comprime para cargarlo en el vehículo. El hidrógeno producido de esta forma es sostenible, y no emite dióxido de carbono a la atmósfera.
7 kg cada 100 kilómetros
Una vez en el vehículo y dentro de la celda de combustible, el hidrógeno comprimido es volver a unir con el oxígeno del aire para producir la electricidad que va a mover el motor eléctrico del bus y liberar vapor de agua.
Cada molécula de agua del origen es liberada al final de forma que el agua sólo hace de sistema almacenando la electricidad y no se pierde ni una gota. De hecho, el vehículo de hidrógeno no es más que un vehículo eléctrico que guarda la electricidad en un gas en lugar de en baterías. Con sólo 7 kg de hidrógeno un autobús puede recorrer más de 100 km.