Tras la decisión de la Comisión Europea de llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Damià Calvet, el conseller de Territori i Sostenibilitat, explicó este lunes las medidas que se llevaran a cabo en los próximos años en respuesta a ello.
Estas normas buscan poner fin a los problemas sobre la calidad del aire de Barcelona.
Dos de las 30 estaciones de monitorización de los núcleos urbanos no cumplían con la limitación establecida por la Comisión Europea. Por ello, se está trabajando en la implantación de los carriles bus en la B-23 y la C-245 en el Baix Llobregat a finales de este año, además de un nuevo peaje. Este consistiría en un tipo de gestión diferente, basado en el modelo de la Directiva de la Euroviñeta.
Calvet ha afirmado que el Govern de la Generalitat está intentando realizar una estrategia de “gestión diferente de los peajes”, en un modelo basado en la Directiva de la Euroviñeta. Se intentará crear un núcleo de peajes dentro y fuera de la capital catalana con el objetivo de revertir la financiación del transporte público, la ambientación de las flotas de vehículos y el mantenimiento de las vías rápidas.