Campaña previa
En más de una ocasión ya hemos hablado sobre la campaña que hizo en su día el Ayuntamiento de Barcelona para la construcción de carriles bici en muchos puntos de la ciudad, a fin de fomentar la movilidad ecológica con la bicicleta al tiempo reducido el uso del coche para combatir las emisiones de CO2 y la contaminación que se está produciendo masivamente desde tiempos en la capital catalana.
Consecuencias y resultados
Después de que muchos de los carriles ya estén construidos, parece ser que por un lado el asfalto ha reducido espacio para la conducción de los coches y ha hecho que las bicicletas ganen su lugar, pero en cuanto a la efectividad no ha dado los resultados que el Ayuntamiento esperaba.
Lo que está claro es que de momento, el uso del coche no ha bajado a pesar de los 'handicaps' que los carriles bici comportan para la eficiencia de la conducción automovilística. Este hecho lógicamente ha provocado un gran número de carabanas en muchos puntos de la ciudad que previamente no había, haciendo que el tráfico sea si se podía, más congestionado que antes.
Utilidades que no son las idóneas
Más allá de estas consecuencias, parece ser que además, últimamente no se le da el uso que se le debería dar a muchos carriles. Esto se debe a que algunos ya son espacio de carga y descarga para algunas camionetas que descargan sus productos en los locales correspondientes e incluso han servido de zona de estacionamiento. Situaciones en las que, afirmativamente anula el uso y la utilidad adecuada de estos espacios, lo que imposibilita a los usuarios de las bicicletas poderlo utilizar o al menos, les anima a no hacerlo.
Exceso de obras
Son muchas las situaciones en las que se ha producido una fila entera de coches haciendo cola, y por el contrario que en el carril bici paralelamente esté totalmente vacío. Esto se ha dado en muchas ocasiones en zonas como Sarrià o el Eixample. En este último, un caso destacado es en la zona del Hospital Clínico. La calle se paralizó para construir un carril bici tal y como se había planificado, pero tras el poco uso que se le dio, las obras han volver a paralizar la calle con el fin de sacar el carril bici de nuevo restablecer el calle con la normalidad que había antes.
Situaciones como éstas, no sólo se pueden considerar de poca utilidad, sino que lógicamente supone un gasto público del Ayuntamiento que cuesta dinero materiales, aunque a la vez también genera trabajo en la ciudad (todo hay que decirlo).